Hoy miércoles, Los Ángeles Negros llevarán a los sempiternos enamorados al paraíso de las canciones que acarician el alma, como A tu recuerdo, y de esperanza, con Y volveré, en el Auditorio Nacional, espacio seleccionado para festejar los 47 años de historia en los que han hecho historia y rebasado los años de la onda lacrimógena, junto con grupos como Los Solitarios, Los Baby’s, La Tropa Loca y muchos más. Es un grupo sobreviviente a modas y en 1970 su entonces disquera, EMI, les informó que estaban vendiendo más discos que Los Beatles, superlogro del que no cuentan con una prueba documentada, tan sólo la anécdota.
Lo cierto es que de su país de origen, Chile, volaron a México y de aquí ya no se fueron, por lo que pregonan el grito a lo de ¡México para Chile y Chile para México!
Seguimos vigentes
En entrevista, Mario Gutiérrez, titular y dueño del grupo, expuso que son ya 47 años dando batalla. “La primera sorpresa es que aún estemos vigentes, sobre todo tras haber obtenido discos de oro y platino. En el próximo concierto pasaremos por una etapa clásica, que será roquera; luego, la fase seria, con orquesta, y posteriormente una que otra sorpresa con invitados: Kika Édgar, Gabriel, de La Gusana Ciega, y otros que no quiero mencionar. Hemos madurado con los años, a pesar de que en el comienzo ocurrió algo fantástico: se rompió la barrera entre los estratos sociales. Nos escuchó la gente más barrio y la alta sociedad; los jóvenes y los adultos, y hoy por hoy tuvimos un rencuentro con los jóvenes en el Vive Latino. Hemos transmitido un mensaje de amor durante décadas y los muchachos de hoy lo han hecho por medio de nuestra música. Somos chileno-mexicanos y la música atravesó ya cualquier barrera. Agregó: “Somos un grupo de personas muy profesionales. Es importante hacer buena música popular. Uno hace lo que siente, pero en nuestros comienzos ya grabábamos con violines y con voces de tesitura alta y afinada, Esta música ha sido copiada, imitada, con versiones de nuestros éxitos. Una canción apareció en un juego, de esos de los de computadora.
Arturo Cruz Bárcenas / La Jornada