“Un Gran Dinosaurio” del director Peter Sohn

Supongo que fue un error de mi parte tener expectativas demasiado elevadas sobre Un Gran Dinosaurio, como año con año he disfrutado enormemente de las cintas producidas por Pixar Animation, desde luego, pensé que su nueva propuesta tendría el habitual balance de grato entretenimiento y profundas ideas.

No me malinterpreten; Un Gran Dinosaurio es entretenida, y expresa algunas buenas ideas sobre el crecimiento personal, pero el director Peter Sohn y sus múltiples colaboradores tienden a dejarse llevar por la magia y los efectos especiales, robando a la narrativa aquello que ha hecho funcionar también a las cintas de esta compañía. Y desde luego eso no la convierte en una película mala, pero definitivamente la hace demasiado genérica, poniéndola al nivel de tantas otras modernas cintas animadas diluidas que vemos en cartelera.

La trama se desarrolla en una realidad alterna donde los dinosaurios no se han extinguido y conviven con los seres humanos primitivos. En ese entorno conocemos al “pequeño” Arlo (Raymond Ochoa) un dinosaurio asustadizo, pero de gran corazón, quien infructuosamente trata de sobresalir en la granja de su familia. Sin embargo y después de algunos eventos traumáticos, Arlo cae por accidente en un río perdiendo el conocimiento y extraviándose en la inmensidad de la naturaleza. Por ello y armándose del valor que no creía poseer, éste se embarca en una aventura para regresar a su hogar, todo ello con la compañía no deseada de un niño humano llamado Spot, con quien formará una gran amistad.

Como dije al principio, Un Gran Dinosaurio me decepcionó bastante, pues carece de la identidad e ingenio que marcan las obras de esta casa productora. Pero, incluso dejando ese fanatismo a un lado, creo que la cinta no llega más allá de ser una inocua fantasía “edificante” con un poco de humor, sentimentalismo y efectos especiales de primerísima calidad, pero que pretenden distraernos, para disfrazar una predecible historia que da demasiadas vueltas para llegar a la esperada conclusión. Nada mediocre o repulsivo, pero tampoco notable o particularmente apetecible.

El director Peter Sohn parece estar en piloto automático, pues Un Gran Dinosaurio no muestra ni un ápice de las sólidas y dinámicas ideas que mostró en sus previas colaboraciones para Pixar, como el cortometraje Partly Cloudy, tampoco muy novedoso, pero enormemente ingenioso. Cierto, los temas son diametralmente opuestos y no siempre se puede exigir los mismos resultados… pero eso no es excusa para realizar una cinta tan poco inspirada que podría confundirse con el trabajo de algún insípido director de encargo.

El elenco de voces tampoco ayuda, pues hacen su trabajo sin pena ni gloria (debo aclarar que vi la versión en español). Sin duda el personaje que más destaca es el de Spot como amigo y mascota de Arlo, que sirve como divertido contraste con el protagonista, gracias a su actitud salvaje que poco a poco y sin darse cuenta lo empuja para enfrentar sus temores, entregando con ello lo que probablemente sean los mejores momentos de la cinta entera. Por su parte los múltiples personajes secundarios tienden a funcionar como simples elementos pasajeros, convirtiéndose en grandes chistes (el Triceratops demente), o bien villanos convencionales (la banda de velociraptores que recuerdan al grupo de hienas de El Rey León), los cuales solo sirven como tenues distractores de la trama principal.

Un Gran Dinosaurio se puede recomendar marginalmente como una amable e inofensiva cinta infantil, aunque resulta una desilusión por no cumplir las expectativas que sugería su ilustre equipo creativo. Al menos puede quedar como una valiosa lección: la magia de una película no está en los efectos especiales, sino en el desarrollo de la historia. Uno es relativamente fácil gracias a la tecnología y los millones de dólares con los que se dispone; pero el otro sigue siendo tremendamente complicado. Esto último era algo que Pixar parecía entender a la perfección, pero esta vez creo que prefirieron irse por el camino más convencional.

Por Cuauhtémoc Ruelas

Twitter: @esquinadelcine

Visita la página j.mp/EsquinaDelCine