“Tierra de Nadie: Sicario” una cinta sin héroes ni villanos

Entre las numerosas virtudes de esta cinta está un brillante elenco, así como un muy atractivo trabajo de cinematografía. Sin embargo, no me ha entusiasmado mucho, y aunque la puedo recomendar, es más por el mensaje inherente que transmite, y no por alguna bondad cinematográfica que quiera compartir.

La trama nos ubica en la zona fronteriza que se extiende entre los EE.UU. y México, donde la agente del FBI Kate Macer (Emily Blunt) es reclutada por un misterioso oficial llamado Matt Graver (Josh Brolin) de la fuerza especial de élite del gobierno con la intención de ayudar en la creciente guerra contra las drogas. De ese modo, y liderados por un consultor enigmático con un pasado cuestionable en la figura de Alejandro (Benicio Del Toro), el equipo se embarca en un viaje clandestino dentro del crimen organizado. Así comienza una lucha entre la joven oficial y los inflexibles agentes de la ley, que los llevará por extraños caminos y los cambiará para siempre… no necesariamente para bien, pues en ese tortuoso trayecto Kate cuestionará todos los ideales de ley y justicia en los que ella cree.

Tierra de Nadie se puede clasificar como una de esas películas pesadas y deprimentes, que exponen una situación tanto social como moral sumamente ambigua y paralizante, pues se trata de un entorno hostil donde no hay respuestas fáciles. Sin embargo, creo que los fatalismos de la historia restan gran parte del impacto que hubiera podido tener esta cinta.

No obstante, hay que aceptar que definitivamente ofrece elementos notables. Para empezar, las actuaciones de Emily Blunt y Benicio Del Toro son fantásticas. De entrada, Del Toro se sumerge por completo en un papel que interpreta con arrolladora emoción e intensidad, donde una vez más nos deja apreciar el alcance de este intérprete. Por su lado, Emily Blunt continúa la nueva etapa en su carrera que la ha revelado como una auténtica actriz y no sólo una cara bonita. Blunt desarrolla un personaje de pocas palabras, pero cuya actitud nos transmite claramente todo lo que necesitamos saber sobre su personaje. Gran logro de una gran actriz.

En esta, su cuarta película, el director y guionista Denise Villeneuve logra mostrar una historia compleja, donde no hay necesariamente héroes ni villanos, sólo víctimas de las circunstancias. Y es esta ambigüedad moral lo que hace que Tierra de Nadie sea tan deprimente como es inteligente, señalando también la eterna disyuntiva entre criminales y agentes de la ley, y la frecuente verdad de que estamos en un eterno círculo vicioso, apuntando a las actitudes en las que mucha gente cae como consecuencia de vivir en una sociedad tan extraña, en la que el subsistir y el conseguir un fin personal toman precedencia sobre la ética y la integridad moral.

Entonces Tierra de Nadie es una de esas películas que dejan emocionalmente exhausto al espectador. Si eso es una experiencia recomendable, lo ignoro. Yo disfruté de la película en varios niveles, pero me pareció deprimente y tediosa en otros. Pero, a fin de cuentas, el mero hecho de que la cinta cause este tipo de reacciones la hace interesante como obra artística que no se conforma con darnos una historia pre-digerida, sino que nos reta a buscar nuestras propias respuestas. Tengo, por lo tanto, que recomendarla aunque con la advertencia de que no será una experiencia fácil.

Por Cuauhtémoc Ruelas

Twitter: @esquinadelcine

Visita la página j.mp/EsquinaDelCine