El Tono de Tona…”El Santos”

Con una eficaz estructura, el Santos participó de la Corriente Humorística noventera, basada en lo Políticamente Incorrecto.

A los 15 años me dio por ser caricaturista, influenciado por dos libros que tenía mi papá, uno de Abel Quezada y otro de Rafael Freyre. Le enseñé mis primeros dibujos a mi coterráneo, el xalapeño Helio Flores, quien me invitó a colaborar en la revista La Garrapata, el azote de los bueyes, tercera época, octubre de 1979. Allí me fogueé con grandes maestrazos: Naranjo, Dzib, Rius, Sergio Arau, Mongo, Ramón, Palomo y Magú, entre otros, y también se iniciaron otros pubertos amateurs: Rocha, El Fisgón, Jis y Betini.

Cuando tronó la revista en 1980, agarré mi carpeta y fui a buscar chamba por diversas redacciones, desde Teleguía hasta Nexos, y en mi peregrinar di con Galimatías, pasquín humorístico de Guadalajara, capitaneada por dos ex colegas garrapatos: Jis y Betini, junto con Trino, Falcón, Paco Navarrete, Jabaz, Luis Usabiaga, Enrique Blanc, Reynals, Gay Lussac, Esegé, Rizo y otros talentos. Les envié mis colaboraciones, la cuales me fueron amablemente devueltas, hechas pedacitos, acompañados de números atrasados de Galimatías, y palabras de aliento para que no abandonara el humor.

Con el tiempo descubrí que a nadie le gustaban mis monos y me puse a escribir. Como guionista cómico, conocí a Luis Usabiaga (uno de los fundadores de El Pasón), quien me presentó a José Ignacio Solórzano Pérez y Trinidad Camacho, autores de la peli que se estreno el año pasado en el país: El Santos vs La Tetona Mendoza. Sabemos que Santo, El enmascarado de plata, fue un carismático luchador, personaje cuyos derechos resguarda celosamente El Hijo del Santo (Pepe Buil lo padeció con sus películas Adiós, ídolo mío y La leyenda de una máscara). Jis y Trino libraron las “santas regalías” agregándole con tino una sencilla ese al final.

El Santos revitalizó el cómic mexicano: “Estaba un día el Santos jugando con sus Barbies, rascándose los destos, tratando de no eyacular tan rápido, etcétera”, cual inicio de una caricatura clásica del gallo Claudio (observen que al empezar sus caricaturas, el gallo Claudio siempre está haciendo una mamada: jugando avión, haciendo figuras con una liga, escuchando una manzana con un estetoscopio, etc.). Inmediatamente irrumpe el Cabo (reminiscencia del policía del Batman televisivo) y se desarrolla la trama. Aquí uno de ellos inicia una secuencia de dibujos y el otro le sigue, hasta concluir un cadáver exquisito (en sus inicios Jis y Trino dibujaban igualito, diferenciarlos era cosa de especialistas, así como los beatlemaniáticos pueden distinguir la voz de Paul de la de John).

Con esta eficaz estructura, el Santos participó de la corriente humorística noventera, basada en lo políticamente incorrecto (Married Whit Children, Los Simpson, Tom Green, South Park, Ren y Stimpy, etc.). El trazo es sencillo y cagado (las expresiones faciales son como de Pikachu), y el lenguaje fue todo un hit, no tan solo por el empleo de groserías (las cuales están aplicadas con la maestría de un buen cómico de burlesque), sino porque los personajes hablan como gente normal, incorporando expresiones actuales (“¡ash!”), con aportaciones tapatías (“¡me lo chenté!”).

Me enteré de la película del Santos hace como cinco años, cuando Luis Usabiaga era guionista (finalmente Luis no se entendió con la singular Lynn Fainchtein y salió del proyecto). Entonces me decía: “El Santos no necesita guión, Jis y Trino ya lo escribieron todo en sus tiras, nomás hay que juntarlas hasta completar un largo”. La propuesta de Luis no pegó y se elaboró un guión original, basado en el subgénero de zombis (en este caso, de Sahuayo), personajes cinematográficos que de por sí ya son garantía de taquilla, y con Jis y Trino, pos más. Como cualquier adaptación (aunque intervengan los autores originales) es ocioso comparar la peli con el cómic (pues son lenguajes distintos; por ello, el argumentista de cómics Alan Moore jamás ha aprobado sus versiones cinematográficas, incluyendo la exitosa Watchmen).

El Santos vs La Tetona Mendoza hizo su debut en luna llena el año pasado, dirigida por Alejandro Lozano y Andrés Couturier; el elenco es simplemente fenomenal: Daniel Giménez Cacho, Regina Orozco, Andrés Bustamante, Guillermo del Toro, Cheech Marin, Dolores Heredia, Cecilia Suárez y todos los Bichir. Enhorabuena masters y espero que cuando los llame Pixar, me sigan invitando a sus guateques.

Por Rafael Tonathiu / El Tono de Tona.