La Vida de Adele de Abdellatif Kechiche

Como cada año siempre nos llega una nueva película aclamada por la crítica internacional como “la más extrema”, ya sea por su polémica temática, alguna secuencia que causa estupor y escándalo o por sus imágenes explícitas de violencia o sexo. Desafortunadamente, lo que más consiguen la mayoría de estas cintas es un encogimiento de hombros ante las exageraciones publicitarias. En ese sentido, La Vida de Adèle justifica un poco la hipérbole que la acompaña debido a sus tan cacareadas escenas de sexo, y aunque para nada la considero como un hito del género erótico, tampoco puedo negar que la encontré lo suficientemente creíble. En corto, es una agradable distracción del genérico cine hollywoodense que comúnmente vemos en las salas cinematográficas repleto de clichés de todo tipo.

Inspirada en la novela gráfica Blue Is the Warmest Color de Julie Maroh, la película nos presenta a la epónima Adèle (Adèle Exarchopoulos), una chica de 15 años que ve la vida pasar sin mayores exabruptos, sin un rumbo claro. Como otras chicas de su edad Adèle intenta salir con chicos para divertirse, pero ésta tiene dudas sobre su sexualidad. De ese modo, y sin planearlo, su mundo va a cambiar de la forma que menos se lo esperaba, pues un día en la plaza principal de su ciudad ve los encantadores reflejos del pelo azul de Emma (Léa Seydoux), y con ello descubre que le gusta tan profundamente como nunca antes le había gustado nadie. Por lo cual Adèle cambiará su forma de ver el mundo y la manera en la que los otros la miran, lo que no le va a resultar nada sencillo. Su poderoso y juvenil amor por Emma la elevará para sentirse mujer y a experimentar los sentimientos como si fuera adulta. Pero la vida no se la pondrá fácil, y los problemas de Adèle con el mundo que le rodea, la mentalidad cerrada de sus padres, y una dura moral, se interpondrán en su camino hacia la libertad y la felicidad al lado de su amada.

De entrada, hay que decir que la fuerza de la película no reside en las imágenes que nos muestran de manera explícita la intensa sexualidad que practican este par de enamoradas, sin la intención de sonar puritano, creo que ni siquiera son necesarias, pues resultan tan gratuitas como en cualquier otra película, porque las imaginamos con el paso de la historia. Su considerable impacto es más conceptual que visual, y aunque la viabilidad de las mencionadas escenas de sexo es muy cuestionable, no se puede negar que genera abundantes momentos de intensidad, acompañados por el amor que crece entre dos personas. En otras palabras, una película que muestra el romance como pocas, lo cual no significa necesariamente que será admirada por todo tipo de público. Para bien o para mal, La Vida de Adèle es una obra madura y cerebral (con un aderezo de pretensión artística), muy bien dirigida y conducida, y que cuenta con muy buenas actuaciones, que se sienten genuinas.

Al principio de la cinta todo parece ir por un rumbo diferente; cuando vemos a la típica adolescente que no encuentra su lugar en la vida. Pero cuando el guión introduce a la desinhibida Emma, el tono cambia de inmediato para internamos en la evolución pausada y realista de este par de ninfas que se adoran, gracias a la competente dirección de Abdellatif Kachiche y por las perfectas actuaciones de las actrices las cuales resultan sumamente creíbles logrando transmitir mas con sus gestos, que con sus palabras. Tomando en consideración esto, creo que la duración es demasiado extensa, por lo que en momentos la narración pierde un poco de fuerza cayendo a ratos en lo repetitivo y obvio lamentablemente.

Finalmente, no podría decir que me encantó La Vida de Adèle, sin embargo, disfruté sus conceptos y la precisa muestra de amor y sufrimiento en las relaciones humanas. Algunos dirán que su atrevimiento es una genialidad, pero yo pienso que la manera cómo el director retrata la sexualidad raya en la mera explotación taquillera. En fin, me disculpo si esto suena como el parloteo de un quejumbroso, pero realmente no quiero contribuir a la (artificial) hipérbole generada por esta película; simplemente trato de describir esta experiencia de una manera más interesante, más allá del escándalo que se maneja. Sin duda, es un buen trabajo en su estado natural, aunque sospecho que tras su éxito crítico y comercial, no tardarán en realizar un remake norteamericano más candente, que diluirá cualquier muestra de ingenio y madurez en aras de ganar dinero y excitar a muchos reprimidos.

Por Cuauhtémoc Ruelas / Twitter: @esquinadelcine