Creadores y Forjadores, Ginny Silva

Tijuana, 29 de enero.- Contar la historia de la llegada del rock a México implica un necesario ejercicio de recuperación de la memoria cultural de Tijuana, epicentro de este género en los años sesenta, y de donde más tarde surgirían figuras emblemáticas que actualmente son reconocidas a nivel nacional e internacional por su fuerza, singularidad y, desde luego, por su talento.

En estas razones, al retomar la memoria de Tijuana es preciso ubicar en su justa dimensión la aportación de los músicos del rock al desarrollo artístico de la frontera, quienes avivaron no solo los espacios de convergencia cultural, sino que detonaron un intenso movimiento musical que aún hoy en día - como una suerte de bola de nieve- sigue creciendo, avanzando, multiplicándose.

Ginny Silva es la voz femenina del rock tijuanense por excelencia, con una capacidad y potencia envidiable a la vuelta de casi 50 años de persistencia en el oficio, conserva casi intacta su cualidad vocal. O, como bien la describiría en una entrevista en 2013 nuestro tristemente desaparecido promotor cultural y experto en rock, Octavio Hernández: “Ginny es una cantante que con el tiempo no ha perdido ese groove, ese feeling, y esa voz soul rock blues tan maravillosa. Una artista que pasó dejando una huella indeleble por todos ‘los Templos de Rock de Tijuana'”.

A inicios de los años sesenta, Ginny Silva era la voz del soul en los escenarios nocturnos tijuanenses como el “Convoy”, el “Taurino”, el “Aloha” y el “Mikes”.

Como vocalista de “Los Tj´s” trabajó una larga temporada al lado de otros notables músicos como Ernesto Hernández “El Blue”, Luis Rey, Ernesto Vargas “El Bolas” y René Maldonado. La televisora local difundió su imagen en conciertos al lado de Los Tj´s, pero también al lado del músico “Fito” de la Parra. Hacia 1964, y en buena medida alentada por Javier Bátiz, viaja a la Ciudad de México, en donde con la intención de grabar un disco, permanece por espacio de un año, tiempo durante el cual se da a conocer en los escenarios capitalinos.

Finalmente, regresa a Tijuana para volver al lugar que la acogería durante casi 25 años, el icónico “Mikes” de la calle Sexta y avenida Revolución de Tijuana. A su regreso, Ginny se integra al grupo de Los Finks, con una alineación musical integrada por Néstor Ortíz, Ramón Carpio, Pepe Díaz, Martín Soriano y Juan Francisco “El Águila”, alternando de vez en cuando con José Díaz, Sócrates Ortega y Óscar Algre “El Foco”.

Hacia los años setenta, se integra al grupo con el que se proyectaría de manera más contundente a nivel nacional, Los Stukas, con quienes realizó giras constantes por toda la República con una propuesta musical original al lado de Ray Briz (teclados), Enrique Aguilar (batería), Héctor Escalante (Bajo), y Antonio Briz (Requinto), con este grupo pudieron hacer grabaciones; sin embargo, al no sucumbir, Briz a las exigencias comerciales de las casas disqueras es decir, al no aceptar sacrificar su concepto musical, se vieron castigados con una escasa difusión.

A sus poco más de seis décadas de vida, Ginny Silva es hoy por hoy una voz potente, brillante y cargada de pasión. El soul, el blues y el rock siguen vibrando en su garganta y convocando a diferentes generaciones en los escenarios nocturnos tijuanenses, al lado de American Nova, de Sammys People y los TJ All Stars, haciendo vibrar a todos con su interpretación de temas como “I will Survive”, “You´ve lost that lovin feeling” y “I´ll never love this way again”.

En noviembre de 2013, Ginny Silva formó parte del programa del Ceart Tijuana, denominado “Pioneros del Rock”, y compartió en una inolvidable charla sus vivencias con los espectadores y seguidores que aún hoy la buscan y refieren. Y aunque los editores del Diccionario enciclopédico de Baja California solo tuvieron a bien dedicarle una línea, su legado permanece latente en la comunidad tijuanense y en los archivos del rock nacional.

Ginny es una artista cuya trayectoria habla por sí sola; la constancia, disciplina, permanencia y sobre todo la cualidad vocal que la caracteriza, hacen de ella una forjadora en la escena del rock nacional y una pionera en el desarrollo musical en Baja California.

Enhorabuena para nosotros, que aún hoy podemos escucharla de viva voz y disfrutar su talento y pasión por la música.

POR VIANKA R. SANTANA / La Jornada