Tras un Épico partido la Sub-17 esta en la Final y va contra Uruguay

Cuesta trabajo ver y creer lo que la pujanza, la valentía, la entrega, el amor por la camiseta y otros muchos más atributos pueden hacer, cuando se quiere y cuando no hay obstáculo alguno que nos detenga para lograr una meta o un objetivo, ya sea personal o colectivo. La mini selección mexicana, la de los chavitos de menos de 17 años, le ha dado al México sufrido, vilipendiado y engatusado de todos los días, 5 satisfacciones al hilo, borrando del mapa a Corea del Sur, el Congo, Holanda, Francia y ahora derrotó en épico enfrentamiento a la temida y siempre invencible Alemania, a la que pese a sufrir bajo el calorón de Torreón, supieron amansar y meter a su ritmo con un gol tempranero de Julio Gómez, un golazo de tiro olímpico del “Dumbo” Espericueta y otro del propio Gómez que después de sufrir una descalabrada precisamente en el segundo gol al pretender cabecear y en lugar del balón encontrarse la tatema de un jugador teutón, fue vendado cual momia de Guanajuato, (y como dato curioso, volvió a la cancha lesionado y vendado como Franz Beckenbauer / Alemania, en el Mundial de México 70, en aquel histórico Alemania-Italia, el Juego Del Siglo), para meterle un golazo de chilena a tal vez el mejor portero del Mundial Sub-17 que se juega en nuestro país. Tarde apasionante, que puso a todo México ante el televisor y que suspendió las labores de los narcos que acostumbran matarse en la región lagunera en horario estelar. Cuando uno ve a Fierro, Bueno, Tostado, Gómez, González, Espericueta, Gracia, Flores, Guzmán y la demás jauría verde, vemos que no todo en la nación esta descompuesto, que todavía hay esperanza para los menores, que aun hay sueños por convertir en el deporte, la música, la cultura y la friega diaria en el trabajo que les toque, como para ver hacia delante lejos de la universidad de los sicarios, del colegio de la extorsión y del diplomado de la delincuencia que pulula por la otrora Tierra de Hidalgo y Juárez, por todas las esquinas de ese submundo que tiene al país agarrado del cuello a punto de estrangular sus posibilidades existenciales. Atestiguar a un México de chamacos ganadores como estos que ya están en la final, (que será un duelo a muerte con otro equipazo de lo mejor del torneo, los celestes de Uruguay, charros contra charrúas, en algo que se antoja será fantástico e inolvidable), es sumamente halagador, recordando que en el 2005 en Perú ya fuimos campeones con Gio, Vela y otros y pueden repetir. Ver a la gente entregada a su equipo, al equipo entregado a la playera con los colores patrios y a ese México ensangrentado que ya pide esquina en la absurda guerra contra el narco, alegrarse ante un triunfo ganado con agallas, es maravilloso. Porque en esos momentos de júbilo popular, se da uno cuenta que hay más de lo que nos dicen los políticos mentirosos, que hay mejores caminos que los que prometen los candidones que pretenden gobernar a pesar que a la mayoría poco les importan, que hay más México que el México de los Moreira y sus alimañas, de la nefasta Gordillo, de los PANteoneros, de la izquierda Chucha y chusca, de Poire y su mundo de fábula apañadora, del mag-narco García Luna y sus comedias apanchadas, y todos esos filibusteros de la palabra amañada y hueca que viven y crean un México que no nos corresponde y nos lo endilgan como si nos correspondiera. Si los chavos han podido, ¿Por qué México no despierta y sin violencias, apegado a las leyes, obliga a los que supuestamente nos deben servir, a enderezar sus caminos y darle a nuestro país un rumbo digno? Que Viva México, el México de todos, el que brilla a punta de latidos, el que nos demuestra que hay luz en donde otros pretenden imponer la borrasca. Que Dios guarde a estos chamacos que nos han dado vida en una tarde para la historia, y crucemos los dedos para que a punta de “changuitos”, borremos el azul para que el Mundial Sub-17 se torne verde, totalmente verde, como la esperanza de un México mejor.

Estruendo Deportivo

Deja un comentario