Perras

Después de una larga estadía como escritor de telenovelas para TV Azteca, Guillermo Ríos se reveló como un destacado guionista participando en una de la series televisivas más interesantes en español que he visto en años recientes como lo es Capadocia, cuyos temas ostensiblemente fuertes (la corrupción reinante en una cárcel de mujeres), están respaldados por complejas emociones y por un perfecto manejo del género dramático, que se complementan con los violentos argumentos del programa. Por eso mi expectativa sobre su ópera prima Perras era bastante elevada. Lamentablemente, el resultado final dista mucho de ser una buena película.

La cinta (basada en la exitosa puesta en escena del mismo nombre y escrita por el mismo Ríos) se desarrolla en una escuela secundaria especial donde conviven niñas “problema” provenientes de diversos estratos sociales. Entonces un día ocurre un fatal accidente en el que están involucradas algunas alumnas, por lo que la directora de la escuela decide encerrar al grupo en el salón de clases hasta que se aclare quién es la responsable del percance. De ese modo y como resultado de dicho encierro, estas jovencitas van revelando sus más oscuros secretos, pues cada una tiene una historia personal que contar, que van desde la renca fantasiosa que desea festejar sus quince años con toda las luminarias, hasta la joven que seducía a los políticos a cambio de dinero, pasando por la que cree que dios se esconde dentro de las computadoras y por la ciega que ve todo a su alrededor, situaciones que provocan el surgimiento de viejos conflictos entre ellas, llevándolas a un clima de desesperación y al borde de la violencia.

La premisa no es nada original pues el truco de construir una película alrededor de varias personas atrapadas en un aislado lugar ha sido bastante explotado por distintos géneros, sin embargo se podía considerar lo bastante ingeniosa al establecerla dentro de un contexto adolescente, lo que podía dar pie a un profundo análisis sobre la alarmante falta de identidad dentro de la juventud actual en nuestro país y sus demonios internos.

Desafortunadamente el guion no logra establecer de manera creíble u orgánica el conflicto que vemos en pantalla, pues conforme los personajes (y el público) se internan en el misterio, la historia de Guillermo Ríos se ve en dificultades para mantener la consistencia y lógica del argumento, donde se hacen obvios los múltiples distractores diseñados para simular sustancia y suspenso donde no los hay. Dar ejemplos específicos revelaría demasiado de la trama, pero en general se puede decir que hay muchos eventos innecesarios que ocurren porque así lo requiere el guión, y no porque la lógica o el sentido común lo dicten (fuera del atractivo visual que representa para muchos, la participación de la conductora Galilea Montijo, es totalmente desechable ya que muy poco o nada aporta), y en una película tan ambiciosa, al menos en el plano narrativo como Perras, esas fallas hieren mortalmente su credibilidad.

En cuanto a las actuaciones no hay nada verdaderamente sobresaliente, lo cual es una verdadera lástima, ya que por un lado me dio gusto que el elenco estuviera integrado por caras totalmente nuevas en el cine mexicano, pero su desempeño va de pasable a insufrible, con personajes verdaderamente antipáticos que quedan reducidos a los más burdos clichés que hemos visto en incontables películas juveniles, donde sus constantes gritos y peleas se sienten increíblemente falsos, con lagrimeos de cebollazo, haciendo imposible que nos “metamos” a la historia o que tomemos en serio los conflictos personales de cada una de las chicas. Y si añadimos a eso los insulsos diálogos repletos de majaderías estridentes y poco ingeniosas (por ejemplo,“Tú cállate pinche coja pen#%&*@)”), podemos suponer que ni un elenco de talentosos actores hubiera dado más intensidad a esta historia que es hueca de nacimiento.

Para no terminar con una nota totalmente negativa, debo mencionar que uno de los puntos a favor de esta película es su atmósfera y cinematografía a cargo de Juan Bernardo Sánchez Mejía. Desde un punto de vista general no es nada extraordinario, pero funciona bastante bien, denotando imaginación para crear un apropiado clima de misterio y lo suficientemente deprimente cuando la historia lo requiere. Por otro lado la música creada en conjunto por Tomás Barrero, Pablo Chemor y Daniel Hidalgo, también funciona muy bien sin hacer un excesivo esfuerzo para enfatizar las emociones que en general son pocas.

En resumen, Perras es una típica cinta realizada por un cineasta novato: que busca parecer más inteligente de lo que realmente es, en ocasiones se siente pretenciosa y termina por ser un pastiche de clichés que hemos visto mejor empleados en otras películas. Sin embargo, creo que se nota el talento visual y estilístico de Guillermo Ríos como director, por lo que estoy seguro que si logra crear una historia mejor sustentada en el futuro, podría sorprendernos como un cineasta maduro y sólido. Después de todo, el co-guionista de Capadocia merece una segunda oportunidad.

Por Cuauhtémoc Ruelas

Imagenes tomadas:

cineinformacion.blogspot.com/2011/01/artecinema-pelicula-perras-ya-es-un.html
cineopsis.com/perras-drama-con-claudia-zepeda-y-scarlet-dergal/
impacto.mx/espect%C3%A1culos/nota-7899/Perras_colegialas