Peter Gabriel en el Sports Arena de San Diego Vuelve con So en Back to front

Lunes 8 de octubre 8:30 pm. Después del grupo telonero, y aún con las luces de la arena encendidas, sale Peter Gabriel tranquilamente en medio de aplausos con un atuendo negro con botas propio del buen gusto inglés, haciendo que sus mas de 60 años se llenen de vigor por un rato. Empieza a explicar cómo se llevará a cabo el concierto, como el chef que describe el banquete a punto de degustarse: serán tres secciones, en las que se podrá escuchar el álbum de So completo en su 25 aniversario, además de otras canciones ilustres.

Entonces presenta a un antiguo compañero: Tony Levin, quien se ajusta a su contrabajo eléctrico mientras Peter se acomoda tranquilamente al piano y ejecuta Mercy Street para la segunda canción ya están acompañados por el resto de la banda que es presentada con todo el decoro por el señor Gabriel, haciendo énfasis en el trabajo individual de cada uno de sus músicos: Tony Levin en el bajo, David Rhodes en guitarra, David Sancious en teclados y acordeón, el legendario Manu Katché en la batería, Linnea Olsson en coros y Jennie Abrahamson en voces y coro completan la poderosa y mágica alineación.

Para entonces las luces de la arena refulgen completamente encendidas. La primera parte en acústico termina y da paso al segundo tiempo, el séquito de roadies (asistentes del músico), uniformados como ningún otro, en un naranja opaco seductor, al grado de aparentar un mayor status que los músicos mismos, cambian la instrumentación por eléctricos y electrónicos. Se apagan las luces y sube la intensidad. De pronto los arreglos nos remiten a esos primeros años de Gabriel con Génesis, regresa un poco a sus orígenes progresivos, pasando por canciones como Big Time o la siempre celebrada Sledgehammer. La gente las corea y enloquece.

Entonces nos percatamos que otro pequeño séquito de técnicos uniformados en negro y con máscaras discretas sube al escenario y dan marcha a una serie de grúas enormes que se deslizan alrededor del escenario sobre un riel. Las grúas, que complementan las múltiples cámaras y luces que se despliegan ocultas por el escenario y las que cuelgan por encima, danzan al ritmo de la banda y con los movimientos de los músicos y de Peter, logrando una extraordinaria coordinación, un ballet de luces que iluminan y son cuerpos que danzan a la vez, cámaras que documentan y se vuelven actores a la vez: Peter juega con ellas y hasta las toma en sus manos, y su imagen se proyecta en un complejo juego de visuales que se multiplica en las pantallas laterales y la enorme pantalla central, donde cuadrículas se intercalan con cuadros completos de Peter y sus músicos, tratados magistralmente con efectos digitales.

En la tercera y última parte, Peter Gabriel cambia de uno a otro lado del escenario, del piano a los sintetizadores. De pronto se integra con bajista y guitarrista quienes hacen una especie de coreografía perfectamente ensayada: a pesar de la edad Peter logra hacerlos con algo de gracia aún. Bailan alrededor del escenario al ritmo de Shake the monjey, suben por un puente especial detrás de la batería. Entonces la intensidad baja, Jennie Abrahamson baja de la plataforma de las coristas para acompañar a Peter en Don’t Give Up, en una dramatización perfectamente coordinada, dando pie a un legendario final con In your eyes.

El público enloquece una vez mas y canta al unísono la que sea tal vez su más célebre composición. Después de una hermosa versión con magistrales arreglos, Peter y sus músicos se presentan ante el público y ofrecen una reverencia antes de salir del escenario.

Las luces se encienden de nuevo y los plausos no cesan. Minutos después el grupo sale de nuevo para presentar dos canciones mas. En la escenografía, un gigantesco aro que ha pendido por encima del centro durante todo el concierto y que hace las veces de tramoya para la iluminación y mas cámaras, justo en el clímax de la penúltima canción baja sobre Peter enfocando su rostro vuelto hacia arriba una vez en el suelo el enorme aro se descompone en una especie de serpentina que al alzarse va dejando un espiral blanco y un angosto tubo de tela que deja encerrado a Peter casi como una mortaja viviente: vemos a Peter en las pantallas luchando con sus puños contra la tela mientras canta y los efectos no se hacen esperar. El público es uno con el delirio.

La escenografía se restablece y Peter, junto al teclado, da su último discurso: ¨Hoy día, y por primera vez en la historia, casi todos tenemos en la mano un dispositivo que nos comunica con nuestros semejantes alrededor del globo de manera instantánea, y podemos compartir el pensamiento. A penas empezamos a vislumbrar como los jóvenes pueden cambiar el mundo gracias a la tecnología, enfrentándose a la opresión por sus ideales. Hace mas de cuarenta años, en 1977, un joven en Sudáfrica, tuvo el valor para enfrentarse a los opresores por sus ideales y perdió la vida por ello, su nombre es Steven Biko¨.

Con esto inician el himno de los oprimidos grabado por Peter Gabriel resuena en el Sports Arena de San Diego y en el alma de la gente. Peter nos recuerda que no solo alguien como Nelson Mandela hizo la revolución, sino jóvenes desconocidos como Biko y como siempre la última palabra la tenemos nosotros. La gente corea el final. El primero en salir es Peter, luego uno a uno van saliendo mientras persiste la base, los tambores de Manu Katché y el público que canta.

La noche termina, el aire es agradable afuera y dentro de nuestros oídos reconocemos la conciencia aún vital de la música de Peter Gabriel.

Lista de canciones de So:

  1. “Red Rain”
  2. “Sledgehammer”
  3. “Don’t Give Up”
  4. “That Voice Again”
  5. “Mercy Street”
  6. “Big Time”
  7. “We Do What We’re Told (Milgram’s 37)”
  8. “This Is the Picture (Excellent Birds)”
  9. “In Your Eyes”

Por Horacio Ortiz Villacorta

 

ORNITORRINCO, RESPLANDOR

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