El próximo 9 de marzo se cumplen cien años de que las tropas de Francisco Villa invadieran el poblado Columbus, Nuevo México, acto que siete años después le costaría la vida a Doroteo Arango. Así lo considera Adolfo Arrioja Vizcaíno, autor del libro La muerte de Pancho Villa y los Tratados de Bucareli.
“En 1916 Pancho Villa estaba borrado del panorama político de México como fuerza revolucionaria, había sufrido las derrotas de las Batallas de Celaya, en donde Álvaro Obregón destrozó a la División del Norte. Después Villa regresó a Chihuahua para reorganizarse, pero sucedió que Estados Unidos le retiró la ayuda económica y militar, entonces fue contactado por agentes del gobierno alemán para ofrecerle armas, pero sobre todo, ayuda económica a cambio de que atacara un poblado de Estados Unidos y así, provocar una guerra entre México y su país vecino”, explica.
En ese momento, añade, acontecía la Primera Guerra Mundial y todo indicaba que Estados Unidos entraría al conflicto siendo aliado de Inglaterra y Francia, para derrotar a Alemania. “Por eso Alemania buscó la forma de evitarlo y se les ocurrió provocar una guerra entre México y Estados Unidos, entonces agentes del servicio secreto alemán, le dieron armas y dinero a Villa para que atacara Columbus”.
Sin embargo, el plan de guerra entre los países americanos se frustró porque el Departamento de Justicia de Estados Unidos descubrió la conspiración, eso calmó los ánimos.
“Pero los estadunidenses nunca le perdonaron a Villa el ataque a Columbus. En 1923 cuando se negociaban los Tratados de Bucareli, para que el gobierno de Estados Unidos le otorgara el reconocimiento diplomático y diera ayuda económica y militar a Obregón, una exigencia fue que México castigara a Villa por la invasión a Columbus, de lo contrario le negarían la ayuda. Los hechos son muy claros, un 20 de julio de 1923 Villa es asesinado en Parral”.
Sin embargo, en el libro Francisco Villa. Entre el ángel y el fierro, de Enrique Krauze, el historiador escribe: “Hay quien le atribuye a maquinaciones alemanas para enfrentar al México con los Estados Unidos. En opinión de Friedrich Katz, Villa lanza su ataque porque cree descubrir, fehacientemente, que Carranza convertiría a México en un protectorado yanqui. Todo es posible tratándose de Villa, pero atribuirle una racionalidad de realpolitik internacional es ir quizá demasiado lejos. No. Bajo cualquier pretexto, Villa ataca Columbus movido por una pasión humana, demasiado humana: la venganza”.
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